jueves, 29 de abril de 2010

El Castillo, el Camino y los Ruidos (Capitulos 16-20)

Al llegar al castillo fuimos recibidos por los reyes, la princesa y por una sirvienta. Sancho como siempre llevándome la contraria y diciendo tonterías decía que habíamos llegado a una venta y que habíamos sido recibidos por el ventero, su esposa, su hija y por una moza llamada Maritornes. Como estábamos apaleados por la golpiza la sirviente nos curo y nos llevo a una habitación. En la habitación habían tres camas, una para Sancho, una para mi y la otra estaba ocupada por un tal harriero. Después de haber sido curados Sancho se quedo dormido pero yo no pude. Me quede pensando en la princesa y en los deseos que esta tenia de darme amor. Después de tener estos malos pensamientos me retracte y me propuse a mi mismo jamas traicionar a mi queridisima Dulcinea. En eso, entro alguien a la habitación, inmediata mente pensé que se trataba de la princesa. En ese momento olvide lo que me había propuesto y la empecé a seducir diciéndole cuan grande era su belleza. Cuando estaba seduciendola sentí una gran golpe en la quijada. Tal fue el golpe que me empezó a salir sangre de la boca. No pude reaccionar ya que cuando iba a devolver el golpe ya tenia a alguien subido encima mio. En ese momento pude darme cuenta quien me había atacado: fue el desgraciado del harriero. Mientras estaba forcejeando con el cobarde harriero me pude dar cuenta que mi noble escudero también estaba peleando. A los pocos minutos llego el rey. Cuando este entro a la habitación lo único que me recuerdo (de tan golpeado que estaba) es que el rey y el harriero empezaron a atacar al pobre de Sancho. Después de este cobarde ataque quede medio inconsciente. Pude reaccionar minutos mas tarde. Cuando pude volver a mi sano juicio le pregunte a Sancho que tan apaleado estaba, me dijo que ni se podía mover. Al oír esto decidí preparar el bálsamo de fierabras. Me lo tome y me recupere totalmente. Sancho, al ver que el bálsamo me había curado, quiso tomar también. Sancho se lo tomo y paso dos horas con desmayos, sudores y vomitos. Cuando Sancho se recupero le dije que el bálsamo no le había hecho efecto a el ya que este solo le hacia efecto a los caballeros. Inmediatamente dicho esto decidí irme del castillo para evitar mas enfrentamientos. Cuando íbamos saliendo el rey se atrevió a cobrarnos el hospedaje y la alimentacion. Obviamente me rehuse y no pague ya que los caballeros andantes nunca pagan en los castillos. Sancho hizo lo mismo pero tuvo la mala suerte de toparse con otros huéspedes que lo empezaron molestar y a aprovecharse de el. No pude hacer hacer nada para ayudarlo ya que yo ya había salido y no podía volver a entrar. Empeze a gritar y a gritar para que lo soltaran, después de un tiempo dejaron escapar al pobre de Sancho. Empezamos a caminar y al poco tiempo divisamos una polvareda provocada por unos caballeros. Al ver esto decidí enfrentarlos. Mate a unos cuantos pero tuve la mala suerte de que el mismo mago que convirtió a los gigantes en molinos convirtiera a los caballeros en ovejas. Los arrieros al ver que había matado a unas cuantas ovejas me empezaron a atacar tirándome piedras. Una piedra me pego en la cara y me quebró mis hermosos dientes del lado derecho. Los cobardes arrieros huyeron. Sentí un terrible dolor en mis rostro pero como valiente caballero no me queje. Después de que Sancho me auxiliara proseguimos con nuestras aventuras. En la noche nos topamos con unos religiosos. Cuando estábamos cerca les pregunte de donde venían. Cuando hice esto la mula de unos de los religiosos se asusto y lo boto. Todos los demás cobardes huyeron muertos de miedo. Apunte con mi lanza al indefenso religioso y le pregunte otra vez de donde venían, lo único que me respondió fue que eran religiosos y que llevaban a un muerto. En eso llame a Sancho para que levantara al religioso. Al poco tiempo llego Sancho el cual se estaba robando unos alimentos que estaban en la mula. Después de levantarlo Sancho me presento al religioso como el Caballero de la Triste Figura. Este nuevo titulo, inventado por mi escudero, me agrado. Después de cargar la comida sobre los caballos continuamos caminando por instinto, ya que no se veía nada por ser muy de noche. Mientras caminabamos escuchamos unos ruidos. Antes de ir a investigar el origen de los ruidos le dije a Sancho que si no volvía en tres días el debía volver a la villa y decirle a Dulcinea que su valeroso caballero había muerto. Cuando me disponía a ir a investigar (montado sobre Rocinante) Rocinante no podía avanzar. Sancho me advirtió que esto era una señal del cielo y que no debía ir si no quería enojar a la Fortuna. Después de escuchar esto decidí esperar hasta el día siguiente. A la mañana siguiente fuimos Sancho y yo a investigar. Después de avanzar un poco y darnos cuenta que el ruido era provocado por el golpeteo de los mazos de un batan nos echamos a reír.

miércoles, 21 de abril de 2010

Los Cabreros, Grisostomo y la pelea por Rocinante (Capitulos 11-15)

Al anochecer fuimos invitados a comer por unos cabreros. El malagradecido de Sancho no quería comer es por esto que me vi obligado a gritarle y a ordenarle al escudero que se sentara y comiera. Mientras comía, por una extraña razón, he recordado las épocas pasadas donde todo era mejor y los hombre se entendían mas. Instantáneamente al recordar esto decidí compartir con los cabreros mi famoso discurso de la Edad de Oro. Después de que escucharan mi relato llego un amigo de los cabreros y nos deleito con un bello romance. A la mañana siguiente un cabrero llamado Pedro me contó las historia de Grisostomo. Grisostomo era un estudiante de grandes dotes y riquezas que un día decidió dejarlo todo y convertirse en pastor. Grisostomo se enamoro de una joven, Marcela, pero esta lo rechazo al igual que rechazo a muchos otros. Grisostomo no pudo resistir este rechazo y murió. Después de haber escuchado aquella historia quede conmovido y en mi mente suplique a Dios con todo mi corazón que no me pasara esto con mi dulce y hermosa Dulcinea. Después de escuchar la historia decidí ir al entierro acompanado de cinco cabreros. En el camino tuve la dicha de poder conversar con Vivaldo acerca de asuntos de caballería. !Por fin pude conversar con alguien que supiera de caballerías! Cuando llegamos al entierro vimos al difunto Grisostomo en un baúl lleno de papeles. En esto un amigo de Grisostomo, Ambrosio, leyó un esplendido y romántico poema escrito por el difunto. Después de esto Marcela llego. Yo siendo caballero puede prever que iban a haber problemas. Enseguida cuando Ambrosio vio a Marcela la acuso de haber sido la asesina de Grisostomo. Marcela le responde diciendo que si una persona ama a otra no necesariamente esta le tiene que corresponder. Al oír esto respalde a Marcela diciendo que ella no había sido culpable de la muerte de Grisostomo. Posteriormente Marcela se fue. Yo tuve enseguida ganas de perseguirla pero siendo caballero y siguiendo los valores que estos tienen no podía, debía esperar que el entierro finalizara. Cuando termino el funeral me despedi de los cabreros agradeciendoles por todo. Durante dos horas Sancho y yo buscamos a Marcela pero no pudimos encontrarla, entonces decidimos sentarnos y descansar. Cuando estábamos descansando Rocinante jugando de vivo y de muy macho fue a tratar de conquistar a unas yeguas. Las yeguas no aceptaron los coqueteos de Rocinante es por esto que tanto los dueños como las yeguas atacan al pobre e indefenso Rocinante. Al ver esto salí corriendo junto con Sancho a ayudar a nuestro apaleado amigo. Nuestros contrincantes eran mas de veinte y nos vencieron. Después de la pelea descubrí porque habíamos perdido: yo pelee con hombres normales cuando solo debería pelear con caballeros. Esta pelea le correspondía pelear a Sancho pero como el miedoso no podía solo le tuve que ayudar. Después de la pelea quede muy golpeado, casi muerto y sin energías. No puedo describir como me siento en este momento. Lo único que se es que llegamos a un castillo pero otra vez el necio de Sancho dice que es una venta.