jueves, 23 de septiembre de 2010

Las visitas, Sanson Carrasco y la decision (II Parte Capitulos 1-5)

Estuve en casa descansando por un tiempo. El cura y el barbero no me fueron a visitar por un tiempo, lo cual me pareció un poco extraño. Unos días pasaron y tuve la dicha de recibir al cura y el barbero. Estuvimos conversando por un tiempo acerca de héroes y gigantes. Unos días después me vino a visitar Sancho. Cuando Sancho iba a entrar a la casa mi ama y mi sobrina lo querían impedir, por fortuna pude escuchar la discusión y ordene que lo dejaran entrar (a Sancho).Le pregunte a Sancho que que decían en el pueblo acerca de mis aventuras. Sancho me dijo que nadie me respondería mejor que un tal bachiller llamada Sansón Carrasco el cual había llegado al pueblo. Le solicite a Sancho que lo trajera y el me lo prometió. Al poco tiempo llego Sancho acompañado del bachiller Sansón Carrasco. Sansón contó que mis aventuras habían sido escritas por un moro llamado Cide Hamete Benengeli y que ya se conocía en mucho lugares. También me dijo que este libro había sido traducido a todas las lenguas y que gustaba mucho porque era fácil de entender. Sansón señalo que hasta Rocinante era conocido por "todo el mundo". Después de escuchar esto quede muy complacido e invite al bachiller a cenar. Estuvimos conversando por un rato. Estuvimos recordando algunas aventuras que habíamos tenido en especial la de los cien escudos y el hurto de Rocinante. Después de conversar por un rato escuchamos a Rocinante relinchar. Esto era un indicio de buena suerte por lo que decidimos salir nuevamente en ocho días. Le pedí a Sansón que compusiese unos versos para despedirme de mi amada Dulcinea pero con la condición de que no le dijera nada a nadie (acerca de la salida). Al día siguiente Sancho me contó que había discutido con su mujer: Teresa. Sancho le contó acerca de nuestra próxima salida. También le contó de mi promesa de hacerlo gobernador de una ínsula. Finalmente Sancho y su mujer discuten acerca del futuro de sus hijos, que si van a ser condes o condesas o con quien se van a casar.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La historia de Eugenio, la pelea y el regreso a casa (Capitulo 51-Final 1 Parte)

Todos nos dispusimos a escuchar el relato del cabrero. Dijo llamarse Eugenio. Contó que todos los jóvenes de su aldea (incluyendolo a el) vivían enamorados de la joven Leandra. Eugenio describió a Leandra como una joven que tenia una belleza deslumbrante. Un día regreso al pueblo un soldado que, además de contar historias fabulosas para destacar su valentía, se las ingeniaba para vestirse y adornarse de manera muy llamativa. Todo esto cautivo a Leandra a tal punto que decidió fugarse con el soldado. Días después la encontraron abandonado en una cueva y , según se dijo, el soldado le había todo excepto su honra. Debido a esto su padre decidió encerrarla en un monasterio y todos sus enamorados se fueron al bosque a pastorear cabras y ovejas. Mientras pastoreaban también cantaban sus amores o desdenes por la moza. Después de que el cabrero termino su historia tuve un altercado con el. El cabrero me llamo loco y yo al escuchar esto me enfurecí, lo insulte y tuvimos una pelea. La pelea nunca termino ya que cuando estábamos en lo mejor de la pelea se oyó una trompeta y luego aparecieron unos disciplinantes. Era un procesión con una imagen de la Virgen. Al ver esto inmediatamente arremetí contra los religiosas para liberar a aquella señora enlutada. Cuando estaba apunto de liberar a la Virgen corrí con la mala suerte de que uno de los disciplinantes tenia un palo y me golpeo fuertemente en la cabeza. Después del golpe perdí el conocimiento, no recuerdo que fue exactamente lo que paso. Cuando desperté pude ver a Sancho lamentandose porque creyó que yo estaba muerto. Le dije que no fuera ridículo que yo jamas moriría si no era en batalla. Le manifesté a Sancho que debíamos volver a casa y esperar un tiempo para poder salir de nuevo. Al cabo de seis días de marcha, un domingo al mediodía, llegamos a nuestra aldea. Al llegar a casa me estaban esperando la ama y mi sobrina. Ellas se encargaran de que descanse en paz y tranquilidad por un tiempo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La discusion con el canonigo y el cabrero (Capitulos 48-50)

Pude escuchar que el secuestrador y el canónigo siguieron hablando de los libros de caballería. Después de un rato llegaron a un claro, se detuvieron a descansar y le dieron comida a los bueyes. En ese momento Sancho se acerco a la jaula y me dijo que lo que estaba sucediendo no era un encantamiento y que quienes me secuestraron eran el cura y el barbero. Al escuchar esta ignorancia le dije a Sancho que no fuera tonto y que no se dejase llevar por las falsas apariencias, pues ellas son parte del encantamiento. Después de la platica con Sancho fui liberado por unos instantes para que hiciera mis necesidades fisiológicas (gracias a Dios). Cuando regresé tuve una gran discusión con el canónigo acerca de los libros y de los caballeros. Este ignorante decía que los libros eran una falsedad y que los caballeros también lo eran. Esta fue una larga discusión. Estuvimos discutiendo por media hora hasta que se nos acerco un cabrero que venia persiguiendo una cabra. El cabrero fue invitado a comer y como agradeciemiento ofreció relatarnos un cuento. Todos queríamos oírlo.